Crónica

18-abr-2004

Nerja

" Nos conformamos con Torrox "

Se está notando el cambio horario. El sol ciega y la temperatura es más calmada. Pero el viento está siendo fuerte desde el amanecer. Los mauribles:

• Juan
• Pepe
• Alfoso
• Rafa

El calentamiento fue un paseo. El viento empujaba como casi nunca. La media hasta Torre del Mar fue de 29,5 km/h. A partir de ahí, en lugar de subir el listón lo que pasó es que se mantuvo constante. Seguramente el globerío estaba pensando en la vuelta. De hecho, afloraron ofertas para cambiar el destino. Primeramente se propuso subir Frigiliana y volver por Torrox, pero a Juan le entró un apretón. Luego, subir a Frigiliana solamente. Y por último, subir por Torrox hacia Cómpeta y volver por Sayalonga, que fue donde entraron finalmente.

Todo normal. Llegaron en una hora justa a Torrox Pueblo (la entrada estaba cortada y accedieron por la circunvalación), pero Juan notó un principio de maure. Está medicándose con antibióticos y no tenía ni el cuerpo ni la mente predispuesto. Aunque dijo que él se volvía en solitario, como era de esperar se volvieron los para la Sede con la misión de traerle a relevos contra el viento.

Antes del meneo, desayuno “donde el tomate” (como lo bautizó Alfonso). La vuelta fue un entrenamiento en toda regla. Subir de 27 km/h era misión imposible. Los relevos a 500 metros estaban bien organizados: los cuatro en fila pegaditos, y cuando entraba el segundo la cola le seguía y colocaban al primero en último lugar. Con este propósito llegaron a Torre del Mar sin enterarse.

Luego, el viento se puso cambiante y arremolinado. Los relevos servían de poco a veces. En algunos momentos se vio algún relevo por encima de 30, pero a los pocos segundos el “amigo invisible” te paraba en seco.

No hubo mucho más que contar. Juan recuperó fuerzas y propuso una propina a Moclinejo o Totalán. A lo tonto salieron casi 90 kilómetros.