Crónica

06-jun-2004

Camping La Viñuela

" Etapa contapa "

Comenzó el domingo con tiempo ya de verano y sin la habitual presencia de Rafa quien por motivos laborales no asistió a la matinal salida. Se partió flojito cuando se pronto se vio venir a un animoso y encorbatado globero saludando desde su coche con una amplia sonrisa que fue correspondida por el personal dispuesto a "maúre" que en ésta, como en otras ocasiones, contó con la presencia de Juan, Pepe y Alfonso.

Los primeros kilómetros se hacieron a ritmo de calentamiento con destino a LA VIÑUELA (por la carreterilla interior), y es que la cuestecita de 2 km hace temblar a los globeros. Se ve que algunos todavía se acuerdan de algún maure por esos lares.

En los toboganes de la carreterilla hay algún acelerón que otro, pero pronto volvieron los ánimos a un remanso de paz y concordia rodando casi siempre juntos. Hoy marcharon muy bien acompañados de un nutrido grupo de pequeños insectos convencidos que la boca de los globeros era la entrada de el cine o algo así, porque no paraban de meterse en cola de doscientos a la menor oportunidad. Pepe, que es de admisión bucal, dio cuenta y cobijo en su estomago de una buena cantidad de ellos que sin duda le proporcionaron una cantidad importante de proteínas. Alfonso, con su manía de no ponerse gafas también transportó a alguno incluso cientos de metros en la irritada conjuntiva. Y Juan, haciendo gala de su secular estoicismo, no dijo ni pió ni para bien ni para mal. 

Solo se anima el personal en la cuestecilla que da entrada al puente de D. Manuel donde se encumbra con el corazón subidito de vueltas esperando unos instantes a Juan que junto con los compañeros de viaje deciden salir hacia Periana complementando la etapa programada hacia La Viñuela.

Una vez desayunados en el bar Ortigosa, donde Juan se tragó el platanito de costumbre además de " una viena pa´ceite", se reemprende la marcha hacia Periana rodando juntos Pepe y Alfonso, quien empieza a acusar los síntomas propios de una falta de alimento con cansancio y maure impropios de un suave meneo.

Con éstas se llega a la entrada del pueblo donde aguardan a Juan quien nada más llegar se zampa una barrita energética para evitar pájaras innecesarias, y es que la veteranía en los “maúres” es un grado bien alto.

En el camino de regreso hubo algo de meneo en los toboganes del Puente de Don Manuel hacia la salida de la trampa del Telecom, que los globeros afrontan con turnos de relevos más bien larguitos, hasta que se llega a Vélez y el viento empieza a zumbar en los oídos y a frenar el avance del pelotón con una velocidad más bien discreta. A pesar de todo, afilan a fuego lento todo lo se encuentran por el camino con dos ruedas pero con buen talante.

La última parte fue monorrelevo a cargo de Alfonso quien sin agua y sin fuerzas llegó al sprint del globero casi exhausto por la extraña pajarraca y la falta de ánimo echando de menos a la locomotora Rafa. Los compañeros alucinaron con el estado de forma de Alfonso (la cosa de los puntos de vista, jeje) agradeciendo el "meneo" contra el viento que se pegó.

Cronistas: Alfonso y Pepe.