Crónica
05-sep-2004
Los Romanes
" Explosión en la N-340 "
Con un soleado domingo de septiembre partieron rumbo a Los Romanes los insignes globeros:
Salen a la hora en punto Juan y Pepe. Guille y Alfonso se incorporarán un poquito más adelante ya que aunque quedaron pronto, se les fue el Santo al cielo repasando sus monturas.
Se dio la bienvenida a Pepe después de sus andanzas por las Galias, quien comentó que no ha podido maurar casi nada porque la bici que le dejaron allí era una pena. En esta ocasión no se pudo incorporar Rafa por motivos laborales.
Nada más empezar a pedalear percibieron la presencia de dos globeros que viajan en un autobús magistralmente gobernado por el bueno de Juan demostrando su buen estado de forma. Además, se llevó los puntos de la KK sin contemplaciones. Mientras tanto, Guille “platicaba” con los dos agregados invitándoles a subir a Los Romanes, pero declinan la oferta por tener compromisos con la familia.
Se echó de menos a Sebastián a la entrada de Torre del Mar. Suponemos que también le habrá tocado trabajar hoy.
Juan se vuelve a llevar los puntos en la cuesta del Hospital trepando como un rayo hasta alcanzar la glorieta donde se tiene que ralentizar la marcha para agrupar al personal. Una vez “juntitas” y dando relevitos, llegan al cruce de Benamargosa donde Alfonso informa a los invitados de donde se sale los Domingos por si se quieren apuntar a algún festival, además de contar batallitas por sus andanzas por Ronda; también dieron un repaso al calendario provincial para MTB.
Los globeros se explayan en alguna cuestecita disputándose los puntos pero sin destacarse nadie. Se ve que Guille esta mejorando su estado de forma, y que a Pepe le han sentado bien los entrenillos con la bici Jurasica. Juan se sale y no pierde “puntá” en los lances: está fino como un galgo.
En esto llegan al puente de D. Manuel prácticamente juntos reiterando la invitación al maure a los globeros espontáneos, pero de nuevo declinaron la invitación aunque continuaron hasta el cruce de la carretera de Los Romanes. Una vez allí, Alfonso empezó a subir seguido de Pepe, y cual fue su sorpresa cuando al cabo de un rato de “maure” cuesta “pa´ arriba”, la rampa se empieza a poner blandita incluso de baja. Alfonso se extrañó y llegó a pensar que se había equivocado, ya que según crónicas pasadas la etapa tenía unas cuestecillas "mu apañas". Miró para atrás y no vio a nadie, con lo que las sospechas de extravió se hicieron mayores. Pero llegando a la civilización se dio cuenta de que empezaba alguna rampilla “quitaprisas” que se suceden tras un buen numero de curvas en una carretera solitaria.
Por fin llegaron al pueblo y se esperaron a reagrupar contemplando el magnifico paisaje con el lago abajo y un buen numero de preciosas casas.
Se decidió bajar y desayunar en El Trapiche. Con la carretera cuesta abajo se alcanzaron los 70 km/h sin dar pedales. Alfonso, con buen criterio pensó en levantarse para perder aerodinámica ya que esas velocidades no eran para esos “paratos”. Sin embargo Juan bajó como una exhalación perseguido por un todoterreno que pitó a lo “joputa” para ponerse después delante del grupo dando frenacitos...., en fin ya se sabe que "el que nace mamón... no tiene remedio".
Más adelante (en Torre del Mar) se escuchó un "tronío" enorme y a Pepe dando la voz de alarma. Se pararon y descubrieron el motivo de la explosión: Pepe había reventado la rueda delantera; dijo que incluso ¡¡había salido humo!! Si eso le pasa bajando de Los Romanes se mata. Aunque intentaron reparar la rueda, Pepe no quería más experimentos y optó por llamar a su esposa para ser recogido en coche, mientras los globeros marchan contra el viento camino de sus sedes.
Cronista: Alfonso.