Crónica
24-jul-2005
Sayalonga - Carboneros - Canillas
“ Omnia per ipso facta sunt "
La subida al Veleta está a la vuelta de la esquina. Se pretende llegar en la mejor forma posible y el C.S.O.E (Consejo de Sabios Organizador de Etapas) se preocupa de ello y dispone este tipo de “etapitas” para comprobar el estado de forma del globerío cicloaxarco. Dispuestos a maurar comparecieron en la línea de salida de la gasolinera los siguientes:
Antes de arrancar aclaramos a Guille cual era el destino de hoy. Sorprendido pregunta en cuanto tiempo pensábamos hacer semejante recorrido. “!!!Nada, en tres horas estas en casa Guille!!!” le contestamos. Ni mucho menos se lo creyó claro.
Poniéndonos al día unos con otros se hizo el tramo llano hasta Algarrobo Costa bastante rápido: Alfonso se empeñaba de no bajar el cuenta de 30 km/h. ¿Querría calentar a alguien antes de tiempo?.
Se presentan agrupados al comienzo de la subida Sayalonga pero pronto se conformarían los subgrupos. Desde el principio se distancian Alfonso, Guille y Ramón dejando a la pareja de hecho Pepe-Juan maurar al gusto. El ritmo de la moto-1 tirada por Alfonso no era alto: 13-15 km/h, pero suficiente para empezar a realizar las temidas entrevistas: “¡Guille, Cuéntanos! ¿qué tal, como vas?” preguntaba Alfonso. Aquel contestaba pero con el rabillo del ojo miraba hacia atrás a ver si divisaba la moto-2.Ya notaba que le faltaban las fuerzas para la etapa de hoy. Y es que parece ser que el día anterior estuvo con Alfonso haciendo senderismo. Pronto se dejaría caer hacia el armonioso y bien avenido grupo perseguidor.
Por delante seguían los dos de cabeza interesándose por sus respectivas vidas pero el ritmo no bajaba. En alguna curvilla se aceleraba un poco, a cargo de los dos, pero nunca hachazos definitivos; acordaron llevarse bien y ya más adelante verían si se declaraban la guerra.
Llegan a Sayalonga y deciden parar para reagrupar con el trío perseguidor. Juan no se detiene para después no perder mucho tiempo y vaya si no lo perdió. Para Guille y finalmente Pepe explicando que tenía problemas con la cadena: pegaba saltos con el plato mediano.
Reanudan la marcha en persecución de Juan. Alfonso y Ramón ponen su ritmo y se escapan. A falta de unos 3 kms para llegar al cruce de Árchez, Alfonso se pone en pie y acelera el ritmo en una curva. Ramón lo interpretó como una provocación y se pegó a su rueda a ver que pasaba. Se sienta Alfonso. Ramón se encontró con buenas sensaciones con el arreón y decidió probar él inmediatamente después. Su compañero de fuga no intentó seguirlo y continuó a su ritmo. En breve formaría trío con la moto-3.
Ramón, sin compañero al que maurar, decide ir a la caza de Juan, muy adelantado. Lo tenía a la vista pero éste iba muy fuerte y no dio esperanza alguna de ser alcanzado. Llegó Juan en solitario al cruce de Archez. Menos mal que no se detuvo en Sayalonga para después no perder tiempo... (ya se sabe). Todos perdimos tiempo con respecto a él; está hecho un toro. Seguidamente llegaría Ramón, Alfonso, Pepe y...............................¿Guille? ¿dónde estaba Guille?. ¡Pepe! ¿qué has hecho con tu compañero?. Cuando Alfonso decidió ir en su busca se divisó su figura en el horizonte. El sufrimiento se hacía patente en su rostro desencajado por el daño acumulado en la ascensión. “Alfonso sigue tú con ellos; yo me vuelvo” exclamaba con el semblante de quien había sido elegido pareja de baile del maure. Se le intenta convencer de que ya había pasado lo más duro (¡¡¡vaya mentira más gorda!!!). Rechazó hasta reponer fuerzas con un café en Árchez a la vez que su “yo” interior y más “infantil” expiró: ”YO............ SI YO LO QUE QUIERO ES IRME A MI CASA!!!!”. El descojone del globerío fue instantáneo e inevitable. Estos vislumbraban la figura del maure tras Guille como la de la muerte guadaña en mano.
Finalmente Alfonso acepta la propuesta de Guille de seguir hasta la gasolinera de Competa dejando a Juan, Pepe y Ramón recorriendo la etapa oficial. Llegan a Árchez donde deciden parar a reponer fuerzas. Allí intentaron pasarle la ITV a la bici de Pepe. No solo no dieron exactamente con la causa de sus peligrosos saltos de cadena sino que además se hacía a la idea de terminar la etapa con un radio menos en su rueda trasera. Todo eran problemas para Pepe, pero tiene raza de sobra para terminar hasta sin ruedas si hace falta.
Mientras, la otra pareja se encontraba la gasolinera cerrada y la imposibilidad de rellenar los bidones; secos desde hacia ya tiempo en el caso de Guille. Deciden bajar al pueblo. Encuentran una fuente. Desde la lejanía emanaba abundante rica agua fresca, pero más cerca se reveló como un oasis en el desierto: era agua no potable. Aun así bebieron y rellenaron aconsejados por un lugareño. Guille se la bebió toda. Pero eso no te libra del maure. Sufrió hasta bajando hacia Algarrobo. El maure es la novia más fiel; no te abandona.
Mientras el trío “oficial” cabalgaba destino al puerto de Carboneros. Ramón se distancia nada más empinarse el “cabronero” terreno; prefiere salvarlo sufriendo y deprisa a lento y sufriendo casi lo mismo. Es corto pero hace mucho daño. Juan y Pepe volvieron a formalizar su relación llegando juntos arriba. Descenso buscando Canillas de Aceituno, pero antes había que pasar Salares. ¿¿Te gusta lo que ves niño?? preguntaba irónicamente Juan mientras el trío divisaba una recta y gigante pared delante de sus narices cuando aun no habían terminado de descender. Pepe no se la esperaba. Ramón sube con él mientras un colosal Juan marcha por delante desafiando cualquier pendiente del terreno. Coronan, y a partir de allí todo sería llano o descenso hasta Canillas a través de las hermosas vistas que nos regala la sierra de Tejeda. Cinco minutos en Canillas para cargar bidones. Parece que en este pueblo se homenajea al maure en su escudo: “ Omnia per ipso facta sunt” : “Surgió por su propio esfuerzo”. Emprenden descenso hacia Vélez.
Relevando en el descenso llegaron hasta Torre del Mar donde se percatan de que Pepe empezaba a ir bastante justo. Echaba de menos no haber comido algo sólido antes. Juan incitaba a Ramón a subir el ritmo ya camino de Benagalbón mientras divisaba globerío por delante, pero a éste no le tentó la idea sabiendo como venía Pepe, así que terminaron la etapa con tranquilidad mientras por otro lado Alfonso trataba de reanimar a Guille a base de jamón. La legión pasa factura; demasiada.
El tiempo de rueda total fue de 4:17 h para recorrer los 96,5 km a una velocidad media de 22,4 km/h.
La semana que viene se afronta el puerto de los puertos, el santuario del maure, la cumbre de los conquistadores: El pico Veleta.
Cronistas: Ramón y Alfonso.