Crónica
31-jul-2005
Pico del Veleta
“ Volaron sobre el nido del águila "
Cenes de la Vega. El mismo lugar, un año más; como todos los años. La historia del pico Veleta nos abre sus páginas para dejarnos relatar con sudor la épica de su conquista. Interminables rectas, curvas retorcidas... sus 3400 metros de altura atacan por la espalda, sin que te des cuenta; no avisa. La gloria del sufrimiento atrae de forma casi inexplicable a los valientes cicloaxarcos:
El primero en presentarse es el que más ganas le tiene. No quiere llegar; quiere ganarse aunque reviente en el intento. Ramón solo lleva mes y medio entrenando, pero de forma muy específica. Solo piensa en este pico cada vez que se enfunda el maillot que le convierte en globero.
Llegan Juan y Pepe, juntos claro. Ataviados de salida con el maillot oficial. En el caso de ambos es el maillot de la regularidad; el del tesón y la constancia. No fallan.
Son avistados por un globero de la zona que se detiene a saludar. Nacho frecuenta su casa natal los fines de semana y aprovecha para entrenar por las faldas de la cumbre. Se disponía a maurar por Quentar pero se apuntó al desafío.
¿Son compatibles las artes marciales y el ciclismo?. Alfonso os lo contestara más tarde que llegó cojeando junto a Guille que lucía un modelito precioso sin mangas que poco tenía que ver con la casaca Cicloaxarca. La realidad del matrimonio homosexual destapa hasta a los viejos rockeros.
“Se ha tenido que dar la vuelta en El Rincón y volverse a su casa, se ha dejado las llaves en Málaga”. Así avisaba Alfonso de la tardanza de Rafa. Esto le ocasionó una perdida de una hora aparte de un estrés de cojones, pero solo llegó quince minutos tarde ya que fue previsor y salió con tiempo. Su desafío este año era llegar a la barrera ¡con tan solo dos salidas en cuatro semanas!.
Se echo de menos la presencia de Eduardo. Avisó de que estaría por la zona pero cuestiones familiares le impidieron presentarse. Otra vez será.
Juan y Pepe son los que tienen mas prisa y parten primeros hacia el llano previo hasta Pinos Genil. Alfonso sale minutos más tarde en solitario más preocupado por una pierna que por lo que le esperaba. Cuenta que el día anterior tubo un contratiempo dando clases de Wu-Shu [Wu-Shu es una entrada con varias acepciones: 1.arte marcial oriental. 2. Burda excusa para esquivar un duelo] pero aun así decidió subir.
Detrás emprenden la marcha Nacho y Guille, y ya por ultimo Rafa y Ramón. Éstos con un ritmo más vivo inician la cacería de los grupetos predecesores. Pero la cruda realidad de Rafa se reflejaba en su gorra: “Paddle Coach”. Jugando al “minitenis” no se pone la pica en la cima. Cazan en los primeros kilómetros de la ascensión a Nacho y Guille y marchan juntos un buen rato. Mientras, los globeros de la región subían sin agua ni alimento. Acostumbrados a maurar por su zona, con un bidón y un par de chuches se ventilan Borreguiles sin pestañear. Algunos corrían demasiado al principio, pero al poco tiempo se dejaban caer, y es que por esos lares si no se está muy fuerte hay que regular.
Ramón hace amagos de querer subir el ritmo y Nacho lo elige como nueva pareja de baile. Y sería definitiva. Guille prefirió regular. Rafa le acompañó. El ritmo de éstos oscilaba entre los 10/11 Km./h con desarrollos blanditos. Pero Rafa no estaba fino y empezó a notar molestias en la cadera izquierda. Guille también, pero aguantaba mejor.
Antes de acometer la cuesta de las Víboras, Nacho y Ramón ven a lo lejos algo que portaba los colores Cicloaxarcos. ¿Sería un cohete? ¿sería un avión? ¿o tal vez un coche o una moto?. Nada de eso; era la reina, la insigne Águila del Veleta. Con buenas sensaciones pero con una garra en mal estado a Alfonso esta vez no le quedaba más remedio que realizar vuelos rasos si quería cazar algo. El águila esta en la cúspide de la cadena alimentaria, pero siempre hay un animal por encima: el homo-globeris. Ya cazada comentaba que no podía subir el ritmo ni ponerse en pie pues le dolía bastante la pierna. Una pena. Pero este globero promete que habrá duelo para mejor ocasión con Ramón.
Abatida se queda esperando a Guille y Rafa que venían por detrás con ritmo más suave. Comentan pulsos. El de Rafa alto evidenciando la falta de entrenamiento; el de Alfonso bastante bajo.
En cabeza de carrera seguían la pareja Juan-Pepe. Llevaban muy buen ritmo durante toda la subida. Están sobradamente entrenados y todavía piensan que tienen que salir antes para después no perder mucho tiempo. No les hace falta, todo lo contrario. Aconsejados por un lugareño toman el desvío de las Sabinas en lugar de Pradollano. Es más duro pero algo más corto.
En la moto-2 Nacho y Ramón comentan sus sensaciones mientras acompañan a globeros del lugar. Uno se dedicaba a hacer series de 20 min. Subía y bajaba para recoger a su compañero que nos comentaba que siendo de la zona nunca había subido hasta el pico. Nacho se sentía bien. En Febrero-Marzo ha estado muy fuerte pero en Junio fregó bajando Zafarraya y ha estado hasta Julio parado. Ramón iba con el pulso más bajo de lo normal, sensaciones muy buenas, pero le fallaban algo las piernas desde el principio de la subida, no iban sueltas; demasiado duras. Estaban como dormidas. Dudaba seguir después de Borreguiles.
No paran ni a repostar en la gasolinera y nada más tomar el desvío hacia las Sabinas divisan a la pareja de la moto-1. Ven como Juan toma la delantera y abandona a Pepe. ¿Habría visto a la moto-2?¿O era táctica de equipo mandarlo por delante para después Pepe tener un apoyo arriba?
Llegan a la altura de Pepe. Iba sin problemas, devorando kilómetros, sin forzar en ningún momento deja a la moto-2 que llevaba más ritmo. Mientras Juan seguía por delante, parecía imposible cazarlo. Durante bastantes metros no eran capaces de recortarle distancia y Ramón le vociferaba que sería atrapado sin contemplación, jeje. Finalmente es alcanzado. A Ramón no deja de asombrarle el estado de forma y la edad de este globero.
La nueva moto-1 sigue su camino sin problemas y alcanzan Borreguiles con un tiempo de 2:16 según el crono de Ramón. Paran a rellenar bidones y de paso comer el cuarto de kilo que se echa Nacho a la espalda a base de kikos, almendras y demás frutos secos. Se apuntan al festín primero Pepe que no tardó mucho en aparecer y seguidamente Juan.
Mientras el trío Rafa-Guille-Alfonso siguen cada uno con sus dolores y penurias. En Monachil (Km 25) Rafa decidió bajarse de la bici a estirar y volverse a Málaga cuanto antes para no enfriarse más. Los dos últimos kilómetros prácticamente los hizo con una pierna y el 30x23. La cadera no aguantaba más. Otra vez será. Justo antes de bajar aflojó un poco la presión de las cubiertas, pero con la jodienda de que se quedó con la válvula de la trasera en la mano (menos mal que fue antes de comenzar a bajar). Con lo graciosa que le venía la mañana, solo le faltaba que le robaran el coche al bajar para estar completito el dominguito. Reparte viandas y enseres a sus compañeros de fatigas, ya que a él no le harían falta para volver al tiempo que aparece una globera. Tenía 17 años y preguntaba por una plaza en el centro de alto rendimiento (C.A.R.) donde le esperaban los de su equipo. Les comenta a los dos, camino de dicho centro, que es de Granada pero que está apuntada en un club vasco y esta haciendo carreras a nivel Nacional con muy buenos resultados. A la llegada se despiden y se pierden por una carreterilla que daba a una valla cerrada.
Encuentran el camino correcto y hacen acto de presencia en Borreguiles ante el griterío del resto de la afición axarca que seguían reponiendo fuerzas. Se les insta a descansar pero deciden ambos continuar; si paraban no seguirían, aseguraban. Rápidamente y sin intercambio de parejas (no están para estos trotes a estas “alturas”) salen en su persecución Juan, Pepe, Nacho y Ramón. Se distancian de nuevo los dos últimos que pronto observan como Guille inicia los trámites de separación con Alfonso. Aquel echa pie a tierra mientras es alcanzado por aquellos. Quedaba solo por delante Alfonso compuesto y sin novio.¿Resistiría tanta soledad?. Pasados tres kilómetros, desde el paso por la barrera de Borreguiles, es alcanzado. Algunos sobrevolaban sobre el nido del águila.
Faltaban ocho kilómetros para Nacho y Ramón. Ya no hablaban, solo se miraban; únicamente escuchaban la respiración del otro. El tan temido viento reinante en otras ocasiones no hizo acto de presencia y se podía escuchar hasta los latidos del corazón. El de Ramón a 170; Nacho nunca ha llevado pulsómetro. El primero iba a ahora mucho más ligero de piernas que durante la ascensión previa a la barrera. Parece como si la altura lejos de perjudicarle le estuviera beneficiando. Nacho comentó al reanudar la ascensión que notaba como si tuviera revuelto el estomago.
Continuaron en paralelo hasta que faltando cinco kilómetros para la cima se despega Nacho. Ramón hizo un par de veces la goma hasta que le dejó ir definitivamente, pero poco a poco; nunca sin perderlo de vista. No le iba a dejar escapar tan fácil. A falta de dos kilómetros la distancia se hizo máxima: unos 30 metros. Nacho no miró hacia atrás en ningún momento; era solo él. Ramón tampoco; era cosa de dos. Ramón recordó la ascensión del 2002. Por entonces, la hicieron juntos casi toda hasta la barrera y a partir de ahí éste subió un punto el ritmo con el que Nacho no pudo y veía como poco a poco se le escapaba aquel sin remedio. Este año todo se repetía exactamente igual salvo el orden; era Nacho quien mandaba. Ramón recordó todo lo que había entrenado para esta cita y no le iba a poner la victoria en bandeja. Además iba en tiempo de batir su record de aquella vez. Así que faltando un kilómetro, y a una distancia de unos 20 metros de Nacho, decidió darlo todo. Acelero el ritmo, que venia siendo de 11-12, a 14-15 Km/h. Bajo un par de piñones y acelero un poco más. Estaba a cinco metros de alcanzarlo cuando Nacho sintió algo que le hizo mirar hacia atrás. Eran las bufadas de Ramón con la boca desencajada de tanto abrirla. Lo alcanzó pero no paró. Al contrario; aceleró mas. Nacho no intento seguirlo y Ramón hizo los últimos 200 metros en solitario hasta que se corta la carretera. Nacho siguió el kilómetro que faltaba hasta el punto geodésico, que solo es accesible a pie o en bici de montaña; que era su caso. El tiempo para Ramón fue de 3:24 horas, batiendo su record personal. Objetivo cumplido, con una impresionante media de 12,6 km/h en el total de la ascensión.
Mientras Alfonso, a falta de cinco kms pero con muy buen pulso (150 ppm), decide no arrastrarse más y darse la vuelta para ponerse púo a cervezas.
Llegó Pepe pletórico de fuerzas y junto con Nacho, que bajaba de la cumbre, iniciaron los tres el descenso. Se encontraron a Juan cuando le faltaba un kilómetro para acabar, pero decidió darse la vuelta y bajar acompañado.
Nada más pasar Borreguiles pincha Ramón la trasera. Algo tenía que pasarle. Sus compañeros de descenso ya estaban demasiado lejos para enterarse. Para que no se preocuparan decide llamar a alguno de ellos pero desde que perdió el móvil en Zafarraya no tiene agenda. El único teléfono globero esta en una agenda de papel, en Málaga; el de Rafa. Llama a casa, memoriza el teléfono de éste y le pide que contacte con Juan o Pepe para comentarle el percance. ¡No hay quien pare el progreso!.
En la pizzería de Cenes estaban esperando Pepe y Juan. Los tres comieron juntos y felices mientras veían el desastre de Fernando Alonso.
Hasta el año que viene, pico Veleta.
Cronistas: Ramón, Alfonso, Rafa y Pepe.